Cuando siento la pena que me invade,
en los oscuros laberintos de la nada,
en el silente
universo de mi alma...y el ancestral alarido de mi entraña...
Recuerdo que hubo un tiempo,
en que nada de esto
era existente...primaba la alegría,
y la esperanza
se hacía gota de rocío
en la mañana...aroma de eucaliptus
en la tarde...y por la noche, desplegaba su néctar
nuestro nácar...Los sueños flotaban en el aire
y mi alma se elevaba
agradecida...por esta vida regalada...
por este privilegio quizás inmerecido...
de poder abrazar y besar a estas,
mis hijas soñadas...Mas no fue suficiente ...
Para Dios no alcanzan las palabras,
ni concede milagros de manera anticipada...
cuando aún enturbian el alma y existen, ofensas pendientes...manchas impagas...
Cuando siento la pena que me invade...
es porque no estás a mi lado hija mía...
porque el cielo se tornó
una nube negra y vos de repente
en apenas un suspiro,
te escapaste de mi abrazo...
Cuando siento la pena que me invade...
sólo sobrevive la esperanza
del abrazo compartido, apretado y eterno
que nos debe...
Quien nos haya separado...
Melan
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